Viraje y cambio de aires

Hay veces en que solo apetece esconderse entre las sabanas y no salir jamás de allí.


Entre esas sabanas, tiernas protectoras que acompañan a nuestra fiel almohada que nunca nos abandonara, para quien somos no solo el único amor, sino además el más deseado.


Entre esas sabanas es el único lugar en el que podemos llamarnos verdaderamente vulnerables, allí hemos dormido, hemos llorado, hemos contado confidencias, hemos reído, nos hemos apasionado, solo allí podemos decir que hemos confiado plenamente en que todo podía ser mejor, allí hemos rememorado los buenos momentos, los malos también, allí nos hemos sentido en casa, parte de algo, princesas de cuento o héroes de ciencia ficción.


Es el único lugar en el que siempre hemos sido nosotros mismos, ¿que tal serian los invitados?


El problema es que no le damos la importancia necesaria a prácticamente nada, menos al hogar, porque esas sabanas no son un lugar, son EL lugar, el lugar donde nos abandonamos a nuestro verdadero yo, al yo frágil y soñador, al yo apasionado y salvaje, al yo desolado y sin esperanza, al yo susurrante y anhelante, al yo miedoso e indeciso, en ese lugar reconfortante donde todo es posible y todo saldrá bien...

Quizá, bueno, seguramente, mi problema sea que le doy demasiado sentido a todo, que no hago las cosas por hacer, que no digo las cosas por decir, pero simplemente no basta con llamar a la puerta para poder entrar, en esto no.

Porque se puede dejar de escuchar música, se puede cambiar de personalidad, se puede mendigar cariño, se puede sentir que no se es más que un parche, se puede mentir, se puede perder la cabeza... pero no permitiré que mi hogar sea fuente de dolor, y temo que lo será.




Hay días en los que solo me apetece agachar y esconder la cabeza, abrazarme entre las sabanas y compadecerme a mi misma para mas tarde sentir que me quejo de vicio y que son ganas de pasarlo mal cuando bien podría haber pasado de todo y dejar de ser una sensiblona de mierda, que es en lo que me he convertido.


Chica fría, sosa, borde, calculadora... y una mierda, pero ya paso, que cada uno piense lo que quiera. Y si, soy yo más tonta por creerme las cosas.


Solo se que estaré bien, porque tengo que estarlo, porque es demasiado fácil dejarse llevar por lo malo, y no me da la gana. No se como lo voy a hacer ni si seré lo suficientemente valiente algún día, pero da igual. De momento no importa si tendré la fuerza para hacer las cosas bien, con tener la suficiente para que no me importe o no me afecte demasiado me basta.


Y lo mejor de todo es que esto ni siquiera tiene la mitad de sentido del que tiene en mi cabeza porque le faltan un montón de cosas, matices incompletos, detalles inconfesables, preguntas no formuladas... digamos que tan sólo es una reflexión a medias hecha palabra.



Yupi, que divertido...

Comentarios

QueenScorpion ha dicho que…
Wow, thank you a lot :D

Entradas populares de este blog

Nos sobran los motivos

XIII