Memento mori
Ocúpate de tu tiempo. No lo puedes conquistar, porque quien batalla contra su paso acaba perdiendo, pero puedes cuidarlo. No sólo es lo más importante que tienes, también es lo único. Lo permea todo y a todos, así que no te entretengas señalando obstáculos, no te dejes dominar por complejos y temores, que no te derriben impulsos siempre nuevos y siempre idénticos. No te pierdas en lo que te gustaría que te gustara: ni el momento adecuado ni el instante oportuno llegarán si tú no los creas. Y recuerda que ningún día es tan fugaz como aquel en que decides no hacer lo que quieres hacer, y que tan inmóvil está quien no puede moverse como quien sólo corre en círculos.