Marea
Pero se asustó, ¡cómo te retumba el pecho!
Tranqui, sólo es mi maltrecho corazón
que se encabrita cuando oye tu voz el muy cabrón.
¿Qué coño le pasará que ya no sale a volar?
Tal vez le mojó las plumas el relente de la Luna...
Le volvió loca el sonido de las gotas de rocío
cuando empieza a clarear y aún no se ha dormido...
Y me enamoró
aunque era una hada alada y yo seguía siendo nada,
no importó;
éramos parte del mismo colchón
hasta que juró:
"nos querremos más que nadie pa' que no corra ni el aire entre tú y yo".
Sentí que me iba faltando el calor...
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